martes, 10 de marzo de 2009

Artículos periodísticos. 3


De lector a lector
De Jorge Dietsch (ex director de Docencia e Investigación del Hospital General de Agudos de Mar del Plata)

¿Acaso existe el alma? No se rían. ¿Existe o no existe? ¿Somos sólo materia, un conjunto de agua y proteínas y sustancias que las conectan? ¿Eso somos?
Y me pregunto: si sólo somos materia ¿qué son el sufrimiento y la alegría, la dignidad, el honor y la bondad, el odio, la ambición, el amor y el temor? ¿Todo eso es sólo una cuestión de nuerotrasmisores, de tener un poco más o un poco menos de serotonina en el cerebro?
Preguntas que se hace uno. El bien, lo verdadero, lo bello, ¿es sólo cuestión de cómo se acomodan los circuitos neuronales?
Me niego a creer que el ser humano haya crecido en conocimientos durante miles de años para terminar en esto, un amontonamiento más o menos afortunado de huesos y de sangre. Es decir que la cultura, eso que el hombre ha agregado a la naturaleza, es mentira.
Ahora, el hombre ¿merece algo más? ¿Merece realmente un destino de trascendencia?
José Pablo Feinmann, en sus clases de filosofía que publica los domingos el diario Página 12, hizo un breve comentario sobre “Memorias del subsuelo” de Fiodor Dostoyevski. Volver a entrar en la fina psicología de esos personajes abyectos que construyó con tanta maestría, produce admiración y pena al mismo tiempo. Entonces la pregunta ¿somos así?
Luego aparece en casa “Maus”, la historieta de Art Spiegelman, reeditado recientemente, sobre el holocausto judío durante la segunda guerra. ¿Puede el hombre llegar a esos extremos de crueldad? Sí, puede.
Ahora, qué es eso que nos lleva a repetir indefinidamente las mismas experiencias, a no percibir cuando ocurren ni a rechazarlas ni a resistirse. Colocar el mal en una víctima propiciatoria es uno de los inventos de los seres humanos para poder repetir esas historias. Una forma de purificarse, de creer que eso sólo ocurre fuera de mí, fuera de nosotros. Que el mal y el bien están afuera; el ángel y el demonio están allá, al acecho. Exorcizas el mal hacia una persona o un grupo de personas. Entonces el mal queda allí. El mal es, por ejemplo Hitler, y queda en Hitler. Eso le permite, por ejemplo, al país de la libertad, cometer todas las tropelías que comete, justamente en nombre de ella. La historia vuelve a repetirse, en Argelia, En Vietnam, en todas las colonias del África, en Bosnia, en Irak, en Argentina. Siempre están detrás los mismos que se encargaron de decirnos que el mal estaba afuera.
Y uno piensa en Stevenson, en Dr.Jekill y Mr. Hide, que son una misma persona, que Mr. Hide está adentro del Dr.Jekill, que sólo basta una bebida para que muestre de lo que es capaz. ¿Son las circunstancias las que determinan esto, que yo sea lo que nunca creí que podía llegar a ser?
En estas reflexiones estaba cuando llega un amigo, el Lic. Carlos Battistessa, que me trae, para la biblioteca del hospital, un libro y un disco recién editados. Se llama TEVEO (Técnica Especializada de Visualización y Entrenamiento Ocular). El autor es Marcelo Adrián Quintero. Marcelo padece una Enfermedad de la Neurona Motora Inferior, que lo ha llevado en pocos años, a padecer una parálisis total. Actualmente sólo mantiene los movimientos oculares, y debe tener elementos técnicos que lo ayuden a comer y a respirar. Está cuadripléjico. Cuando Marcelo revió lo que ocurriría en poco tiempo, comenzó a idear un sistema de comunicación a través de los movimientos oculares, un sistema muy fácil de aprender y de una complejidad que le permitió, por ejemplo, escribir el libro del que hablamos. Él, con una dignidad que enaltece a los seres humanos, que nos hace decir “hay algo de Dios aquí”, con su limitación física casi absoluta, ha conservado su capacidad de crear. Y ha creado algo para los demás. Ha demostrado que, a pesar de su limitación física, él está muy sano: ha conservado su capacidad de elaborar proyectos, de construir algo, y de que este proyecto sea un proyecto solidario.
Ahora que paso en PC estas líneas vuelve a emocionarme la maravilla humana. Habíamos comenzado por el subsuelo, y hemos salido a superficie para terminar casi tocando el cielo. A veces pareciera que el muestrario está allí y que alguien o Alguien te dice: vos elegís.
Aunque en ocasiones no sea fácil, siempre existe la posibilidad de decir, por ejemplo, que no; de que el Dr. Jekill no pruebe la pócima maldita porque se dio cuenta que el mal está adentro suyo.
Y que la vida de un encuentre su sentido.

Publicado en “Infomarte marplatense” Información mensual sobre arte. Mar del Plata, Diciembre 2006, Año 10 n° 113

domingo, 30 de noviembre de 2008

Artículos periodísticos. 2

Una investigación sin precedentes para ingenieros marplatenses.

Idearon un sistema que reemplaza el mouse por un simple guiño ocular

A los 36 años, Marcelo Quinteros padece una enfermedad que le reduce progresivamente su capacidad motriz. Cuenta ahora con la posibilidad de utilizar diferentes aparatos electrónicos mediante señales oculares.

Sólo basta un guiño, con electrodos conectados cerca de los ojos y una pequeña caja con un visor -que muestra un cursor desplazándose por distintos signos ubicados en series de filas que van alternándose en forma secuencial- para liberar las manos y manejar perfectamente una computadora.
La vida de Marcelo Quinteros, un biólogo que a los 36 años padece Síndrome de Motoneurona Inferior (enfermedad progresiva que reduce paulatinamente sus capacidades motrices) cambió radicalmente a raíz de esta adaptación.
Todo comenzó hace aproximadamente ocho meses, cuando su psicólogo, el licenciando Carlos Batistessa, se puso en campaña para averiguar sobre la existencia de algún dispositivo electrónico que permitiese captar las señales oculares emitidas por Marcelo y traducirlas a una computadora.
Juan Rey, titular de la organización Hazmerreír y una de las impulsoras del proyecto para Marcelo, destacó que "él era consciente que iba a llegar un momento en el cual sólo iba a poder mover los ojos. Entonces de ahí surgió la necesidad y fue como su psicólogo empezó a moverse".
Relató que Batistessa se enteró de que expertos del Laboratorio de Componentes Electrónicos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata, ya habían diseñado un sistema con el propósito de que tal emprendimiento fuese utilizado por personas cuadripléjicas. Así, fue de utilidad para una mujer que padecía esta enfermedad: simplemente a través de un soplido, el aparato traducía sus señales.
Estos especialistas adaptaron ese sistema inicial, al enterarse de la historia de Marcelo y tomando conciencia de que en su caso la comunicación se sustentaba únicamente a través de un código basado en el movimiento de sus ojos (código Teveo, del que incluso se editó un libro). 
El resultado de esa operación en equipo fue que mediante un simple guiño, él pueda establecer una comunicación fluida con aparatos electrónicos, llámese computadoras, teléfonos, alarmas, equipos de sonido, entre otros.
"Sus señales se dirigen a un aparato que, conectado por ejemplo, la computadora, capta y descifra sus deseos. Es que cuando se emite la señal en el lugar en el que él posa el cursor, se activa una función designada por el mismo. El orden de aparición de los signos como así también las operaciones que se realizan, tanto en una computadora como en otros aparatos, fue cuidadosamente seleccionado para facilitar su uso. Cuatro meses de arduo trabajo bastaron para que estuviera listo", reflexionó.
Rey, quien no sólo costea el hallazgo sino que promueve numerosos proyectos de bien común -tanto en universidades, escuelas públicas, como en otras organizaciones comunitarias- admite que "ahora Marcelo cuenta con un recurso más de vinculación con el medio" y que eso lo motiva para seguir viviendo.
"Mi fundación nació a raíz de un homenaje que le organicé a mi hijo fallecido, hace algunos años, junto a sus compañeros de la escuela de circo. A partir de esa gran convocatoria se fundó Hazmerreír. La verdad es que transferir el dolor a hacer beneficencia fue el gran acierto en mi vida y me satisface enormemente. Siento que si ayudo a la gente estoy ayudando a mi hijo", comentó Rey, conmovido.

Codo a codo

Entre otras cuestiones, destacó el compromiso de los ingenieros, quienes voluntariamente trabajaron codo a codo para adaptar el sistema a las necesidades de Marcelo.
"No alcanzan las palabras de reconocimiento para este equipo de ingenieros de la Universidad Nacional de Mar del Plata y de su decano Manuel González, creadores de este valiosísimo recurso, quienes en forma desinteresada y demostrando una inmensa capacidad humana y profesional, adaptaron y pusieron al servicio de él esta posibilidad, además de dejar reflejado el cumplimiento cabal de la función social de la universidad en el ámbito público", destacó el fundador de la organización.
Recalcó que su psicólogo también cumplió un rol fundamental para que se llegara a consolidar este hallazgo y que desde Hazmerreír se intenta hacer lo posible con la intención de colaborar no sólo con este joven biólogo, sino con otras tantas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
De cara al futuro, señaló que su intención es darle continuidad a estos proyectos conjuntos. "Hablaré con el decano de la Facultad para ponernos a sus órdenes y colmar alguna otra necesidad en lo que respecta a adelantos técnicos y científicos para mejorar su condición de trabajo. El proyecto no tiene límite y todo lo que se recaude redunda en beneficio de mayor cantidad de gente...", concluyó Rey.
Diario La Capital de Mar del Plata. Domingo 29 de Junio.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Artículos periodísticos. 1

Diario Hoy de la ciudad de La Plata, SABADO 31 MAR 2007

INTERéS GENERAL. El lenguaje de los ojos.
Inventó su propio idioma para poder comunicarseEs marplatense y padece el síndrome de Motoneurona inferior. Como sabía que iba a perder el habla inventó un idioma que le permite comunicarse con lo único que puede mover: los ojos. Marcelo Adrián Quintero, así se llama, escucha y se hace entender. Editó un libro para que pueda ser usado por quienes atraviesan una situación similar
Hay quienes dicen que los ojos son el lenguaje del alma. Pero para Marcelo Adrián Quintero, un marplatense de 46 años al que una penosa enfermedad no lo deja moverse de su cama, son el lenguaje mismo. Tanto que -imposibilitado de hablar- inventó un nuevo idioma para poder comunicarse con sus seres queridos y los profesionales que lo asisten.
Marcelo tiene un hermano antropólogo que vive aquí, en La Plata. Se llama Fabián y fue quien contó su historia a Hoy.

Biólogo de profesión y empleado del Servicio Penitenciario, Marcelo llevaba una vida absolutamente normal hasta que aparecieron los primeros síntomas.
Tenía 37 años y comenzó a notar una serie de dolores musculares (en sus piernas) que se fueron tornando más intensos a medida que avanzaron los días.
Consultó a profesionales de la salud y notó que más allá de cierto alivio ocasional, el problema era progresivo. De hecho, se le trababan los pies cada vez que intentaba levantarlos para subir a la vereda.
Los neurólogos le diagnosticaron el cuadro: síndrome de Motoneurona inferior, una enfermedad a la que también suele decírsele esclerosis lateral amiotrófica.
La afección siguió avanzando; le hizo perder movilidad, lo obligó a movilizarse en una silla de ruedas, le afectó los brazos, las manos y ahora le quitó el habla.
Ahora se encuentra en un estado avanzado y no deja que Marcelo se levante de su cama.
Se alimenta por sondas y es asistido por un respirador artificial. Siente todo su cuerpo, pero no lo puede mover. Aun así es un ejemplo de lucha y no baja los brazos.

* * *

Previendo que la enfermedad seguiría avanzando, antes de llegar a su cuadro actual Marcelo delineó junto a su psicólogo, Carlos Battistessa, el idioma al que se hizo mención.
Esto es lo que escribió Battistessa en el prólogo de Técnica especial de visualización y entrenamiento ocular (Teveo), que el propio Marcelo dictó para que otro lo redactara:
“Poco a poco el avance de la enfermedad hizo que el proceso comunicativo se tornara no sólo un medio para generar condiciones psicológicas óptimas para el afrontamiento de su padecimiento, sino un fin en sí mismo, ya que en su evolución la enfermedad limitaba sus posibilidades expresivas y la necesidad de comunicación se tornaba vital”.
“Fue así como, cuando comenzamos a percibir que los músculos faciales empezaban a dificultar la comunicación verbal, iniciamos juntos la tarea de pensar alternativas de transmisión de información a través del movimiento de los ojos. Nació entonces la idea de que cada movimiento ocular podría traducirse
como una señal que referencie una letra o número que permita una comunicación tan variada en cuanto a sus modos como verbal”.
Inventaron, así, un idioma que tiene tres niveles a saber:
Primer nivel: cada movimiento remite a un número que a su vez tiene un significado. Por ejemplo, los ojos hacia arriba lo hacen al
número 5 de la tabla y significa “falta de aire o tos”.
Segundo nivel: es más complejo y consiste en combinar dos o tres señales (siempre de los ojos) para formar números de dos o tres cifras, cuyos significados se encuentran contenidos en otra tabla. Por ejemplo
el 74 es la cabeza. Para que funcione, el paciente tiene que memorizar
los contenidos y el asistente tiene que saber a qué número corresponde cada seña.
Tercer nivel: Requiere el aprendizaje de las letras correspondientes a los números que van del 0 al 20 para formar palabras u oraciones, o para dialogar con un asistente.

* * *

Marcelo escucha y gracias a este nuevo idioma puede comunicar cada una de sus necesidades o emociones. Por ejemplo, hay un gesto que dibuja con sus ojos para remitir al número 51 de aquella tabla que significa “quiero que me acaricien, me mimen, me malcríen”. Y otro que lo hace al 62: “te quiero, amo”.
Gracias a los códigos que publicó en un libro para que otros puedan usarlo, los familiares hablan con él.
Es más -cuenta Fabián-, “el ministerio de Salud de la Nación se mostró interesado por las posibilidades que pueden abrirse de aquí en adelante”.
Considera que la publicación -de tan sólo 20 páginas, pero de contenido valioso- debería distribuirse entre los neurólogos y otros profesionales, para que ayuden a los pacientes y sus familias.
Marcelo se radicó en Mar del Plata cuando tuvo un diagnóstico preciso de su enfermedad y supo que las chances de revertirla eran remotas.

* * *

Cuando a fines de 2005 editó su libro, Marcelo escribió:
“... Por otro lado comienzo a percibir dificultades en los movimientos de la lengua que hacen más complicada la comprensión de mis vocalizaciones. Mientras tanto, todo esto lo voy suplantando poco a poco con este mecanismo de comunicación alternativa. Me es muy útil para descansar y solicitar mis necesidades básicas (primer nivel)”.
“También me divierto al entrenarme con la codificación de tareas y la práctica del diálogo ocular (segundo y tercer nivel). Tanto mi hija Agustina (7 años) como el equipo de enfermería que me asiste, han logrado dominar los dos primeros niveles con menos de cuarenta minutos de práctica”.
“... Espero que esta técnica sea útil a otras personas de la misma manera que a mí. Es para practicarlo como un juego, disfrútelo”.

* * *

Marcelo tiene tres hijos, uno de los cuales acaba de recibirse de veterinario.
Dicen que los ojos son el lenguaje del alma y, seguramente, la mirada cómplice más el idioma que él mismo inventó le alcanzaron para manifestarle su orgullo de padre. De hecho el número 35 significa “Me siento orgulloso de vos”.

Germán Escobar

domingo, 7 de septiembre de 2008

Dispositivo de control creado por la Facultad de Ingeniería.

El día miércoles 25 de junio de 2008, el Ingeniero Carlos Gayoso y sus colaboradores de la Facultad de Ingeniería, de la Universidad Nacional de Mar del Plata, nos hicieron entrega de un aparato que ellos mismos desarrollaron, permitiendo controlar el mouse, teclado, televisor y teléfono con movimientos de los ojos en mi caso, o con un simple soplido. Los sensores detectan la diferencia de potencial entre los músculos de los ojos al moverlos, traduciendo la señal y convirtiéndola en una función específica, como por ejemplo el movimiento del mouse hacia arriba o una letra. Hicimos varias pruebas y resultó sencillo. Además con Rodrigo buscamos teclados virtuales y probamos uno en especial que permite ubicar las letras con una acción de "barrido", haciéndolo mucho más ágil. Como no teníamos una función que nos permita manejarlo, sugerimos que nos hagan una modificación y le agregaron un ítem que nos facilitó su control.

Este sistema se promocionó por todos los medios de difusión y Juan Rey a través de su ONG propuso solventar los gastos, colaborando de esta manera con la Universidad y con las personas que puedan necesitarlo. Vinieron a filmarnos de canal 9 para el noticiero y de canal 8 de Mar del Plata para el programa "Algo así". El día Miércoles 23 de Julio de 2008 vino a visitarnos Rubén Ferretti con dos de sus alumnas de la Escuela Media nº1, Joana Villegas y Andrea Marchisio, con el fin de hacernos una nota referente al manejo del equipo y nuestra forma de comunicarnos, filmándonos con Rodrigo mientras conversábamos y manejábamos el aparato.

Equipo de control de dispositivos.


El Ingeniero Carlos Gayoso y sus colaboradores de la Facultad de Ingeniería, de la Universidad Nacional de Mar del Plata, desarrollaron un aparato que permite controlar el mouse, teclado, televisor y teléfono con movimientos de los ojos en mi caso, o con un simple soplido. En la fotografía nos estàn explicando a Roxana y a mi su funcionamiento. Los sensores detectan la diferencia de potencial entre los músculos de los ojos al moverlos y traducen la señal en una función específica, como por ejemplo el movimiento del mouse hacia arriba.

Informes periódicos.

En esta semana hemos hecho practica de dialogo ocular con Elizabeth y convenimos que seria mejor utilizar el signo de pregunta solo al final de la oración. También hemos decidido utilizar la “Y” para palabras como por ejemplo: YA, YO, etc y evitar su uso en las palabras como HAY, donde utilizamos la i latina, de la misma manera que para las palabras Hoy, Voy, y otras.
En este mismo día, con Mariana, iniciamos la primer practica de dictado ocular, el que transcribiremos a continuación : “En el transcurso de la semana se incorporo Mariana para practicar la forma dialogo, por lo que en este momento le estoy dictando con señales oculares este informe. Esta mañana descubrimos que es conveniente utilizar el signo de pregunta al final de la oración, para evitar confusiones”. Mar del Plata, noviembre de 2005.

El trabajo se postergo hasta hoy viernes por cuestiones de salud, donde con Carlos acordamos en utilizar otras formas de entrenamiento, que consisten en primero traducir las letras a sus números correspondientes y luego como mecanismo de practica leer estos números traduciéndolos a sus letras respectivas. Pondremos varios ejemplo para su ejercitación. En este momento estamos codificando a números una versión del cuento “Alicia en el país de las Maravillas”. Mar del Plata, 2 de diciembre de 2005.

Después de una semana que no practicamos ninguna seña, comenzamos en el día de hoy con este nuevo dictado a las 16 y 30 hs. En este instante el reloj marca las 16 y 53hs, por lo que pueden apreciar esto es demasiado lento al principio pero estamos seguros que en pocos días se agilizara. Mar del Plata, 23 de diciembre de 2005.

En el día de hoy, acordamos con Carlos en utilizar un sistema conformado por diez espejos ubicados y enfocados entre el interlocutor y el paciente, frente a ellos y de una manera en que ambos puedan observarse a través de los mismos. Eso debido a posible atrofia muscular de los párpados, cejas, etc. Mar del Plata,24 de diciembre de 2005.

A mas de un año de la culminación de este trabajo la efectividad de TEVEO queda demostrada en el sentido que tanto TEVEO binario como los temas incluidos en la segunda edición fueron desarrollados en su totalidad mediante el dictado de señales oculares a consecuencias de que me encuentro totalmente imposibilitado de comunicarme en forma oral. Mar del Plata, 11 de marzo de 2007.

Con Natalia hicimos un ensayo del juego de la memoria interactiva para dos personas y además de encontrarlo divertido resulto sumamente sencillo. Hicimos algunos ajustes a la idea original y lo dimos por concluido. Mar del Plata, 27 de Mayo de 2007.

Se termina el TEVEO binario luego de varias pruebas. Mar del Plata, 25 de Septiembre de 2007.

El ingeniero Carlos Gayoso y su equipo me entregan el aparato de control de la computadora, teléfono y televisión, el cual se opera con el movimiento ocular y con la detección de un par de sensores que se colocan uno a cada lado de los ojos y que captan la diferencia de potencial entre los músculos de los mismos. Mar del Plata, 26 de Mayo de 2008.

Agradezco a los medios informativos la difusión del excelente trabajo desarrollado por el Ingeniero Carlos Gayoso y su equipo, de la Facultad de Ingeniería de esta Ciudad, lo que permitirá a otras personas beneficiarse con las bondades de esta tecnología. Mar del Plata, 24 de Junio de 2008.

Prologo del autor.

Estación Espacial Internacional. Se detecta un impacto en el exterior. Posibles daños. Adam y Kim son los encargados de verificar el estado de la cubierta protectora de la Base, por lo que proceden a colocarse los trajes espaciales. Prueban su sistema de comunicación y despresurizan la cabina de control, abren la compuerta y un mar de estrellas le dan la bienvenida al abismo estelar. A través de una serie de soportes de la pared exterior se dirigen al punto de impacto y se detienen frente a él, descubriendo que un posible trozo de chatarra espacial ha rozado un panel protector sin producir daños. De repente, los sistemas de radio comienzan a tener una ruidosa descarga. Adam se percata del problema y le hace una señal de guiños a Kim, quien interpreta este código como el número “342”. Recurre a su banco de memoria en forma casi automática y lo traduce a la siguiente orden: “EXCESO DE RADIACIÓN SOLAR. PELIGRO. ABORTAR TAREA”. En tres minutos logran llegar al interior de la cabina y cierran las compuertas. Están fuera de peligro.
En la Tierra, treinta minutos después, se comunica por televisión lo ocurrido en el espacio. En uno de los estudios, un periodista descubre sentado en su escritorio y frente a las cámaras, que no hay retorno en su comunicación. Hace una señal casi imperceptible y el director ordena pasar a los avisos comerciales, comunicándose rápidamente con los técnicos.
En el mar, dos buzos que trabajan en la construcción de un oleoducto, se encuentran frente a un inconveniente inusitado y deben tomar una decisión inmediata. Comienzan a interactuar entre si mediante movimientos oculares para llegar a un acuerdo sobre que hacer al respecto.
Al otro lado del Planeta, un niño discapacitado motor, hace una indicación con los ojos a su madre, indicándole que quiere comer y luego dormir.
Nada de esto es real, es producto de mí fantasía; pero sí es real el hecho de que no hay una sola forma de comunicarse. El resto lo dejo librado a su imaginación.